Posts Tagged ‘nombre

08
Jun
14

palabra: siento

Siento ese llamado que viene. A veces me pasa. Como cuando te rodea el silencio, que un zumbido surge dentro del cuerpo y te inunda los oídos. Y ahora esto, un sonido desconocido, como una voz familiar, como esas alucinaciones que a veces invaden los sentidos. Así vibra esa voz, así vibra ese cuerpo escondido dentro del mío. Si pudiera saber desde dónde viene lo marcaría con una cruz, para no volverlo a perder.

Percibo ese sonido interno que arrastra los recuerdos como una oleada sin calma. Viene y arrastra a todos mis sentidos, me lleva de la piel a los perfumes. En cada forma que piense se dibujan las imágenes que componen mi memoria, los olores que arman ese arsenal de momentos acumulados. Y cierro los ojos, porque así es más fácil ver. Y vuelvo a pensar, porque así es más difícil ignorar.

Brilla desde adentro el grito incansable que me lleva a vos. Dibuja tu nombre en mis párpados, del lado de adentro para que no te olvide cada vez que pestañeo. Y brilla fuerte, cada vez más, cegando mi posibilidad de ver otras cosas, de percibir qué estoy viendo. Y
pienso por qué, y pienso por qué no.wall-paper-words-favorite

Me encuentro de pronto, internado dentro de mi propio cuerpo, como ante una muralla. Me encuentro de pronto escribiendo palabras que solo ayudan a recordar, a mantener fresco eso que no tiene que alejarse. Busco, de algún modo, plasmar en esa muralla las herramientas para internarte más adentro mío, para. Ahí lo veo, lo siento, creo que hasta lo puedo reconocer. Es ese espacio desde donde chilla tu presencia, que ya esta dentro mío. Es ese espacio desde donde chilla tu presencia que no deja de crecer.

Y crezco. Crezco yo, explotando hacia vos. Exploto desde esta muralla portadora de palabras que no tienen miedo de cruzar las fronteras, que no temen a desbordar mi cuerpo y contagiarse en vos. Exploto como puedo, como sé, como me sale. Exploto sintiendo que cada cicatriz que deje este estallido será algún día un recuerdo, un perfume, tu piel, un lunar.

03
Apr
14

palabra: linchar (masticar)

Noventa y seis horas tratando de tapar, de esconder. Entierro todo en el pecho para que no se me escape hacia vos. Porque 1265036525619_fesa es mi especialidad, guardar cosas, las fáciles de decir, las que cuestan. Y busco la manera de que este corazón no se aleje, de que esconderse no sea un imposible de volver. Como siempre, como nunca, masticar palabras no dichas, besos no dados.

Aunque no exista perder sin intentar, algo dentro mío te llama por tu nombre, por tu apodo, por tu perfume y tu piel. De alguna manera caigo en el inevitable modo de romper con la distancia entre tu boca y la mía. Caigo en saltar sobre el agua y creer en que tenerte cerca vuelve a ser posible. Y volver a ser los de antes, los de ese tiempo que mi memoria no alcanza.

Entonces entiendo la forma de perder el tiempo para volver a soltar, a fluir. Entiendo que esos caminos tienen que llevarme a donde sea. Todo eso sin dejar que este impulso por masticar no tape todo, no aleje la posibilidad de que vengas y logres linchar mi alma. Porque sí, lo dijo el noticiero, linchar se puso de moda y yo no creo en los medios, pero sí creo en vos. Y espero que el miedo justo antes del ataque se transforme en deseo, deseo de tu cuerpo y el mío por seguir las canciones que nos regalamos, deseo a escuchar los labios que alguna vez se tocaron.

 

Esto ahora no lo sé.

29
Apr
13

palabra: escondidas

El viento entraba desde la ventana de mi pieza que rompí tiempo atrás. La cortina bailaba a su ritmo y tu ausencia valía el doble que unos minutos atrás. La cortina se movía y me acordé del juego que no quería jugar, pero que nunca dejó de ser mi preferido:

“Hay que contar hasta cien” recordé, como me enseñaron. Iba lento, para no hacer Sin títulotrampa.

Ahora te quiero cerca.

“Cuando terminas de contar, no te olvides el punto y coma” dijeron una vez: la clave para que no haya reproches de quien no sabe a qué jugas.

Ahora te quiero entre sonidos que no reconozco, que estoy tratando de aprender.

Volves como en un recuerdo que no es mío. Tu sombra entre esos árboles invisibles, vuelve a ser eso que está ¿Qué sos? ¿Quién sos?

Son las 14:14 hs. Nada parece ser casual y, sin embargo, no puedo explicar cómo nos encontramos. Un zaguán, unas calles de distancia, unas letras de más en un nombre, unas razones que no aparecieron.

Y ahí, ahí estás. Como la sombra de un deseo creo vislumbrarte detrás de una pared, de una silla, una columna, no sé bien lo que es.

Y ahí, ahí estoy. Tratando de no alejarme de la base, cuento los pasos de distancia que hay hasta vos.

Miro hacia atrás, a ver qué hay. Quizás algo me olvidé, quizás alguien que no vi. Y hoy se confirman noticias en silencio. Noticias de que me viste, noticias de que estabas acá escondida en algún rincón en que no supe buscar. Tantas veces me equivoqué y dije el nombre de una persona que no veía, imaginé una silueta equivocada.

No me vas a agarrar por sorpresa en el camino hasta picar.

Y mañana, mañana será otro día, escondida o no, por lo menos llegaste.

04
Mar
13

palabra: regalo

Te regalé mi nombre. Me deshice de todo en mi. Te entregué mis manos para que escriban con tus suspiros los mejores poemas. Te di mis silencios en pequeñas cajitas, para que los disfrutes uno a uno, todos pensados en vos. Puse también una mirada, esa que te mostré la primera vez que nos vimos a los ojos. Te dejo mis pies cansados de recorrerte, de tratar de dilucidar los misterios detrás de tus pliegues. Te regalo el timbre de mi voz, profundo de Legui y cigarrillos, de cafés a la mañana e incapaz de murmurarte una palabra de amor al oído. Dejé mis dedos en tu mesa de luz para que, en esas noches donde la insatisfacción muta en caricia, los coloques en tu pelo y los dejes contener tus lágrimas en sus cutículas.

Y no sé qué más dejarte. Todo lo que tenía algo tuyo te lo di. Me quedo con un sueño vacíobow en el que apareció tu cara y no llegué a besarla. Ahí me tenés, completo o en pedazos.

Me robé algo tuyo y este era el mejor modo de pagar, no voy a devolverte esa mirada que me diste una vez, esa mirada donde te llevaste todo lo mío.

03
Jul
12

palabra: pica.

¿Cómo querés verme? ¿Bien? ¿Mal? Porque si querés verme mal, me encontrás acá.

Ahora, si me querés ver bien sólo tenés que buscarme.

Contá

Al final, estoy bien en todos lados: atrás de una oreja, escondido detrás de la columna de mi patio, jugando con uno de mis alumnos de jardín, mirando por la ventana del 76, reflejándome en tus ojos. Estar bien es eso, balance, química, eso que genera un nombre en un oído ansioso.

Saltó la pared y caigo de pie, no me cuesta, tengo los gemelos entrenados (no como mi madre), y al final del día estoy acá. Nadie salta conmigo, pero estoy acá parado esperando que de este lado sea pronto a un encuentro. Saltó y canto y bailo y repito mis ‘y’ como quiero, porque cada noche será noche mientras yo lo quiera y la libertad está a la vuelta de mi esquina, no otra más.

Hoy escribí en twitter: “Abrime la puerta de tu corazón, no hay tiempo que perder”.

Salto.

Mientras tanto tirame una mano, tiremos un bailecito a la pista y disfrutemos el perfume ajeno.

Buscame bien y encontrame, te dejo que digas “pica” a mi nombre.

06
Apr
12

Palabra: Diálogo.

Nos encontramos en el mismo bar de siempre, La Subasta: Rivadavia y Río de Janeiro. La noche tenía ese hermoso olor en el aire a pasto y caos. El Ruso se sentó con su look desinteresado y sus ánimos en baja, yo estaba bien, acostumbrado. Nos pusimos al día con las cosas básicas: las familias, su mujer, el hijo de su mujer, el ex marido de su mujer, mi soltería perpetua, mi cabeza, el poco trabajo que tenía, etcétera.

Pedimos la tercer jarra de cerveza, pasar los cuatro litros por noche no era un desafío sino la meta para empezar a hablar de problemas que nos golpeaban día a día.

Yo sigo con los mismos problemas de siempre – Le dije. Ya los conocía de memoria, como cuando nos saludamos por primera vez en el segundo día de clases de 1º 3ª del Colegio J. J. Urquiza, allá por 1999.

Deberías dejar de pensar en los demás y hacer lo que vos quieras, para cambiar – su consejo era el mismo, siempre, desde que tengo memoria.

No puedo. Cambio cosas de mi personalidad a diario, pero esa no puedo.

¿Sabías que Pablito se casó?

Sí, lo vi en su facebook. Creo que tiene un hijo también.

Sí, creo que sí.

Un silencio nos invadió, de fondo sonaba un tema de Las Pelotas y el Ruso golpeaba la mesa con sus dedos, siempre marcando el ritmo.

Seguís con el problema con esa mina… – me preguntó sin preguntar, afirmando como todo el mundo – ¿Cómo se llamaba?

No la nombres.

Ya ni nombrarla se puede… ¿Hasta dónde queres llegar?

Hasta el punto en que cuando haga silencio no suene su nombre en mi – – – un viento fuerte llegó. El olor a caos se hizo más fuerte y el techo de policarbonato empezó a temblar. De apoco los tornillos se fueron hundiendo en el plástico tembloroso, el ficus de la puerta se sacudía con fuerza, sus hojas se desprendían con facilidad y comenzaron a meterse en el patio techado. La jarra de cerveza se llenó de hojas y el Ruso me miró a los ojos: todavía estaba pensando en la pregunta que me hizo. Las láminas de policarbonato terminaron por volarse y el patio se llenó de ramas, un viento más fuerte empezó, dos mesas saltaron por el aire y se golpearon contra la puerta de madera vieja y un ventanal que se partió en mil pedazos, sillas salieron por el techo al aire mismo, a ese remolino de viento, caían en la calle y en las casas vecinas. El viento vino con toda su furia, me arrancó de la silla. El Ruso me miraba irme en el aire.

Ninguno de los dos atinó a decir nada.

Las cosas que hace uno para no responder ciertas preguntas.




PalabraBizarra

Si esto es ficción o realidad, ni yo lo sé con certeza.

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Palabra Bizarra

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