Posts Tagged ‘amor

05
Dec
14

palabra: crucigrama

Él se rompió entero. Fue un miércoles, fue una tarde, fue un conjunto de palabras congeladas de frío. Y romperse es rearmarse, tratar de juntar los pedazos y empezar a hacer lo que del futuro se quiere conseguir. Porque no hay futuro sin presente, y aunque las bestias se escondan en los rincones de la mente, no se puede construir sobre el hielo, no se puede sentir sobre la nada misma.

Entonces buscó las razones de todo lo que hacía, buscó el bienestar detrás del dolor, escondido entre las tinieblas de lo que el sentimiento empuja. Juntó todas las palabras que alguna vez escribió, juntó lo que había publicado y lo que había quedado guardado en un librito para dos. Encerró fotos en cajas de tiempo y cartas en botellas con corchos de memoria y pensamiento. Escondió emociones en su piel, con formas de tatuajes y cicatrices, con formas y nombres propios. Y puso en un hornito de vela las cascaritas de lastimaduras que juntó con los años junto a unas gotas de agua para que empezara a evaporar la esencia de sí mismo y minutos después el humo empezó a aparecer. Ese niño kamikaze, ese don de fluir, ese entregar hasta el último momento, todo eso fue derecho a pañuelos de tela que se llenaron de su fragancia y fueron directo a una bolsa hermética. Y escuchó canciones que lo hacían pensar en el amor, escuchó palabras que le decían que la buena noticia era Ella, sobre dar todo, de proteger a quien se ama aunque no se pueda escapar del dolor, acerca de algo en su sonrisa.

Después lloró. Derramó lágrimas de pimienta y sal que lastimaron sus ojos, que lo hicieron no volver a El-arte-de-hacer-crucigramasver las cosas de la misma manera. Sabía que no era la mitad del hombre que había llegado a ser. Y pensó en ayer. Juntó las lágrimas en un sobre, con destino a dónde había dejado su corazón. Y se abrazó al silencio para tener consuelo.

Para calmarse buscó una hoja cuadriculada y armó un crucigrama con todas las palabras que alguna vez había escrito. Nombro los siempre y las nubes, las almas y los puentes que había querido contar, los personajes que habían nacido de su alma y que convivieron en su realidad. Nombró a Alicia, fundamental para explicar su país. Escribió todas las palabras que se escondían de los lectores también, porque esas eran las más preciadas. Y sabía, sabía que ente todas esas palabras se iba a leer un solo nombre, se iba a conjugar un solo tiempo verbal. Y sabía, en ese momento, que tenía que escribir, por fin, la última palabra.

Tomó asiento, una birome. Se sentó recto. Respiró profundo, porque el aire nunca es suficiente en los pulmones llenos de humo. Escribió. Y la tinta se mezclaba en la hoja como gotas, como sudor cayendo por el cuerpo de quien teme y se olvida que toda vida está llena de palabras. Y cuando terminó de vomitar letras y acentos se dio cuenta que solo veía un nombre, aquel que no podía repetir, aquel que se ocultaba.

Y guardó todo dentro suyo. Lo acunó suavemente en el pecho, como si fuera un hijo, como si fuera un deseo, como si fuera otro imposible más que tenía que aceptar. Y se recordó a sí mismo que eso es todo lo que tiene, y es todo lo que hay.

13
Mar
14

palabra: nube

nube

A la mañana la despertaba cantándole al oído, empezaba como un susurro y de pronto mi wake up and make love with me la hacía sonreír y nos despertábamos los dos. Con su sonrisa despertaba mis muertos, con mi canción ella olvidaba la soledad de sus sueños.

Nos conocimos bailando sobre unas nubes grises, me acuerdo como si fuera ayer. Era necesario alcanzar la luz, trepamos las nubes grises para escapar de la oscuridad mundana. Algo en su mirada me rescató de caer a la oscuridad. Ella movía la cintura con una sacudida sideral, yo trataba de seguirle el ritmo para alcanzar su ritmo.

A la noche me pedía que le cante hazme un lugar en tu almohada, junto a tu pecho me calmaré. Sus ojos se cerraban despacio, amagaban. Cuando se daba cuenta que se estaba por dormir otra vez acunada por mi voz, lanzaba una sonrisa veloz que latía por un segundo en nuestra nube. Vivía con temores a dormirse y caer, volver a la oscuridad y que yo la olvide.

Nos conocimos buscando la razón por la que el cuerpo es materia y la emoción sustancia. Tanteando los límites de lo que podemos sentir y volver a sentir nos encontramos palpitando la luz escondida en la pupila del otro. Hablábamos un idioma de sonrisas, miradas y besos, de bocaditos salados y caricias dulces, de leer sentimientos en braile.

A la tarde, justo antes de la siesta, me pedía que le escriba el cuerpo. Yo sacaba mi pincel y dibujaba sentimientos en su espalda para que los pueda cargar, llenaba su panza con líneas sin rumbo, anotaba deseos en sus piernas para que los saque a pasear, llenaba sus pechos de perfumes y su cara con nuestras iniciales. Después la abrazaba y todo se empezaba a borrar.

08
Mar
14

palabra: amante

Dos amantes se miran de un lado a otro de la habitación. No saben que son amantes. No saben de nombres, edades ni pasados. No saben del futuro, porque el futuro se escribe con la mano y se borra con el codo.

En el cigarrillo de él se enciende una pasión, un movimiento de mano que hace al principio de un beso la prolongación eterna de su cuerpo. En la forma que ella inclina la copa se ve la ruptura de un principio, el balance de la espalda previo al acercamiento.

Y dan un paso lento hacia la siguiente bebida. Acompasados por el péndulo del tiempo buscan en la boca del otro ese símbolo que se convierte en llamado. Invocan, en silencio, los nombres del otro entre volutas de humo y burbujas. Y no es el lujo, no es el ideal lo que los reúne, sino la ansiedad. Ansían la piel del otro como JJPic_SittingOnWhiteSofalas sábanas recién limpias en una cama, como el alimento después del ayuno.

A paso lento él busca un nuevo lugar en la habitación, cerca de un sillón negro, unos pasos más cerca de ella. Le mira el cuello como sintiendo su perfume, ella le responde mirando sus manos como ansiando sus dedos ahí, en los huecos de su cintura.

La reunión sigue, los festejantes se besan y los asistentes buscan refugio. Ellos se miran. Son amantes. Amantes del silencio y las palabras, amantes de los besos que no se dan. Son culpables de las mañanas de lluvia encerrados en la cama y las tardes de sol cerca del pasto. Son los culpables de que el amor sea una idea vacía y que llenarse sea solo producto de caricias.

Y su beso sigue ahí, colgando de un hilo extendido de pared a pared. Dos amantes se miran de un lado a otro de la habitación. No saben que son amantes, pero en sus ojos la declaración del deseo los muestra desnudos. Él para ella, ella para él.

29
Aug
13

palabra: sombra

¿Cómo llegué hasta acá? ¿Quién me trajo a estas sillas débiles, de asientos de paja; a estas flores rojas? Pasé tanto tiempo rondando este espacio, transitándolo sin descanso para no pensar. Recordar y buscar que me digas la verdad me trae hasta acá, hasta vos. Saber que sólo te puedo encontrar acá. Reconocer que este es el espacio donde me libero de mi condena de no poder Sin título copiaalcanzar. Ya hicimos este duelo. Vos y yo lo sabemos. Esto se cocinó hace rato y esa no es la razón por la que me siento a hablar con vos.

Acarició la silla como lo hice siempre, los círculos que se dibujan en el parante del respaldo son ideales para trazarlos con el dedo.

¿Sabés todo lo que te quiero decir? Pero decime vos… Explicame cómo llegué hasta acá, qué tanto daño le hice a la palabra amor para que vos tengas que responderme esto.

Me cuesta el tráfico del aire en estos pulmones que ya no quieren nada. Decime, por favor, cuándo va a ser el día en que tus deseos sean los ciertos, cuándo va a tener un resultado rezar horas enteras aunque no sea ni por mí. Vos me enseñaste esto y yo siempre seguí creyendo.

Y lo vi. Lo vi, por eso dejé que la senda por la caminaba se bifurque. Dejé que esta fortaleza abandone sus preceptos y vaya atrás de tu sombra. Esa sombra que no era la tuya, pero tiene tanto de vos. Y no te hablo nunca, pero hoy te tenía que preguntar ¿Qué hago con este corazón que no quiere saber más de palabras, abuela? ¿Qué le digo a mi pecho que quiere quemar sus emociones? ¿Dónde te voy a encontrar ahora?

20
Aug
13

palabra: consejo

(encuentre el juego si sabe jugar)

No sé cómo hacer para mantener a mi mente exactamente igual a lo anterior. Quedarme en ese punto en que podía oír tu voz y ver tu cara. No dejar que se borren esos recuerdos en lo más profundo de mí. Pero este instante es así, busco un consejo para llegar a ese fin de semana y no a estas noches sin sueño, noches de pesadilla y castigo para aquel que ya no tiene ideas.

Volver a ese abrazo que fue nuestra raíz, seguir este juego donde no escucho palabras, sólo ritmos que mandan y llenan a mi mente de principios para volver a comenzar. Volver a retomar el calor del momento donde mi cuerpo buscó a tu cintura, donde mi boca buscó calmar tus manos nerviosas. Sentir que las mismas ondas que había en vos llegaban a mí y decirte, sin palabras sino en una tropa de emociones, que si das amor eso es lo que vas a obtener. Explicarte que si estás acá no necesito nada. Todo es posible hasta salir a caballo a reclamarle el país a Alicia.

Pero por más que pida buenos tiempos, para cambiar esta suerte que puede hacer de un imagenesnotasmusicalesenblancoynegroparaimprimirbuen tipo, un hombre malo; por más que intente encontrar una puerta más, vos seguís del otro laddel océano, tan lejos mío como las culpas que nos distancian. No importa cuántos por favor usé para llamar a la Suerte. Voy a seguir doliendo la pena de esos cinco minutos que nunca nos tomamos para disfrutar de la piel, de tocarnos y disfrutar las imágenes que se dibujaban en nuestro inconsciente. Esas imágenes que hicieron que hoy no pueda sacarte de mi cabeza.


Y así, con el tiempo que no tiene respuesta, me demando estar acá. No importan las bienvenidas o las formas de partir, sólo confiar. Confiar que el deseo verdadero defina si quedándote o yéndote vas a ser una unidad. No queda otra más que creer que tu cuerpo y tu alma encontrarán ese
lugar que sólo nosotros conocemos. No queda más que creer en que ese lugar en tu almohada va a volver a ver tu luz. Quiero creer, quiero ver, quiero entrar. Quiero creer que vas a dejar de escaparte de tu sombra. Mientras tanto, que el ritmo me dé consejos. Y acá, mientras sigo en esta soledad, dejaré que las cosas sin vos no tengan demasiado sentido.

16
Aug
13

palabra: avioncito

La última vez que escribí acá estaba cargado. Cargado de emociones, sensaciones y todas esas cosas del cuerpo y del alma. Ya conozco esos procesos, ya conozco esos momentos. Tenía que encontrar una forma distinta para mí, un forma de salir del círculo.

Junte todo lo que me pasaba en un papel. Fui poniendo una a una las palabras que tenía adentro mío. A4. Impoluta. Lista para hablar de esas cosas que llevo encima: amor, dolor, vejez, salud, amigos, distancias, valores.

Escribir no alcanza, ya lo sé. Ya lo aprendí. Pero las emociones ya estaban ahí. Decidí plegar ese avioncitopapel a la mitad, desde sus laterales. Puse a todas mis cosas en contacto una con la otra. Mezclé soluciones con problemas, razones con esperanzas, tristezas con fundamentos. Marqué la mitad. De la parte superior doblé las dos mitades hacia adentro: que el temor se cruce con el amor, que la soledad se cruce con la esperanza. Volví a dejarlo a la mitad. Ya con la punta en forma de pico mis sensaciones estaban listas para abatir cualquier encuentro. Pero había cosas por separar. Distancié la ilusión del engaño, la pasión de la mentira. Las mitades se hicieron nuevas mitades hacia fuera, con la distancia justa para reconocerse y no tener que malinterpretarse.

Alberto vive en un piso 27 en Cabildo y Juramento. Nos conocemos hace tres años, cuando trabajamos juntos un tiempo. Desde el baño de su casa se puede ver, detrás de la ducha, un ventanal enorme que da al centro de esa zona. La gente, las luces, la distancia, la totalidad. Cuando subís en el ascensor, a veces se mueve para los costados, por el viento que agarra a esa altura. Era el lugar ideal. Todo eso que llevaba adentro era un avioncito que iba a lanzar desde ahí.

Y lo hice. Lo lancé mientras simulaba una visita al baño. Me lo saqué de encima para poder hacer algo conmigo. No me despego de nada de eso, no dejo ninguna de esas emociones. Solamente las dejo viajar. Que viajen, que vayan, que vengan, que se conviertan en palabras propias y ajenas. Porque más que esto no puedo hacer, más paciencia para esperar que vuelvan no puedo tener. Más razones para creer en ellas no va a haber. Que el avioncito vuele tranquilo. Que vuelva si tiene que volver. Que se aleje todo lo que necesite. Que vuele sin descanso o que se canse y pida que alguien lo ataje. Que mis emociones encuentren un lugar en el aire. Yo me voy a dormir tranquilo, lo mandé cargado con mis lágrimas, con el empujón de un suspiro.

02
Jul
13

palabra: jaque

Entró al bar con la misma desesperación de siempre. Hablándose a sí mismo del reconocimiento de sus errores y gritándole al mozo por una medida de Legui con hielo. Recordó los cinco días que pasó borracho un año atrás, tirado en sillones ajenos y mojando su angustia en la derrota. Se había prometido no repetir esa fiesta de la lástima a la que había invitado a todos sus conocidos. Se recordó revoleando cosas contra la pared del jardín y golpeando muebles con todas sus extremidades.

“Por eso ya no entregamos el corazón” se dijo.how-to-draw-a-realistic-cup-splashed-drink_1_000000013724_3

“Por eso y porque no tenés a quien, a mi no me mientas” se respondió. Vació el vaso antes que el mozo lo saque de la bandeja y realizó el gesto que repetía el pedido..

“La soledad es un estado mental, podés tener lo que quieras igual”

“Lo que quieras, pero es el estado mental que menos tolerás”

Y se puso en jaque. No era mate, pero la posición lo complicaba. Se miró a los ojos a través de un ventanal sucio que daba a la calle.

“Otra derrota” murmuró “y cada vez se alejan más”

Pensó en el vaso vacío. Pensó en el corazón que ya no tenía, se lo habían llevado y ahora, él, ya no tenía nada, ni a sí mismo. “La vida te hace eso” pensó en voz alta “te saca y te da, te muestra, te amaga, te juega a la felicidad y te deja sólo”. Nadie iba a entender su lugar, nadie iba a entender su posición. Nadie le iba a preguntar.

Tomó el segundo Legui en segundos. Todavía sentía el perfume del último abrazo, respiró profundo. Buscó un cigarrillo en su bolsillo y tiró unos billetes sobre la mesa. El sol le dio de frente en los ojos, bajó la vista para prender el pucho. Levantó la vista cegado por el sol de las 7 am.

24
Jun
13

palabra: ilusionista

ilusionistailusionistaHoy me levanté temprano y me acordé que odio los magos. Los odio tanto que no me gusta darles el lujo de llamarlos ilusionistas, aunque practiquen el ilusionismo. De alguna manera creo que el arte del mago es jugar con las emociones del espectador, de quien experimenta sus escenas. Construyen ilusiones en tu comprensión.

Antes de empezar a escribir este post tenía una razón para hacerlo, una razón que ya no tengo. Como un barquito de papel se deshace río abajo, se desarmó. Así se fueron tus manos apoyadas en mis mejillas antes de darme un beso; así se fueron tus dedos recorriendo mi nuca; así se fue tu perfume de mi cama, el calor de tu cuerpo en el mío; así, se apagó.

Es que, eso pasó con mi razón. Tiempo atrás, producto de los movimientos de un ilusionista, apareció como un efecto devastador delante de mí. Me hizo creer que la magia de algún modo existía. Que yo era un incrédulo que se estaba perdiendo del mejor entretenimiento que podía haber.

Pude disfrutarlo, no lo voy a negar. Le di todo lo que un niño fascinado le puede dar a un acto de magia: pupilas dilatadas de sorpresa, una sonrisa imborrable en cada gesto, el alma abierta a seguir descubriendo. Dejé que el truco me cubra de su luz, dejé que se lleve todas mis creencias en un suspiro. Pero nada le alcanza a los magos, ellos siempre terminan el truco, se sacan la capa, meten la galera, el conejo y la varita en la valija; y se van.

Vos fuiste su mejor truco. Y te hicieron para mi.

Y ahora, en esta ausencia, sólo me queda buscarlo. Buscar a ese ilusionista que te concibió. Felicitarlo por el truco. Felicitarlo por la profundidad y la belleza que le dio a cada uno de los detalles de su efecto, por haber elegido mí vida para mostrar algo tan increíble. Felicitarlo por la fascinación que le dio a mi espíritu mientras duró. Felicitarlo y partirle la cara a golpes, como agradecimiento.

19
Jun
13

palabra: fuga

Cuando lo acusaron con su primera causa, su primer crimen, yo pensé que había algún fuga2error. No podía ser así, él no era capaz de hacerle mal a nadie y poca gente lo conocía tanto como yo. Pero fue así, juicio y condena. Lo vi retirado durante años, asumiendo la sentencia como si realmente fuera culpable. Con el tiempo, en una conversación casual en su celda, me diría que entendió porque lo culparon.

Salió a la calle casi un año después, recorrió su barrio, se refugió en sus allegados. “Era uno más” diríamos siempre a cualquiera que pregunte. Pero no era uno más, en el fondo él y yo lo sabíamos. Había cosas que lo hacían distinto a cualquiera y no podíamos vivir tranquilos con ese secreto a cuestas.

Un día nos sentamos a tomar un café en el bar de Centenera y Rosario, mientras hacíamos tiempo para entrar a la facultad; me confesó que estaba metido en problemas nuevamente. No se la vio venir, pero llegó a eso y le estaba costando salir. Quise entenderlo, pero no pude. Lo único que atiné a decir fue “hoy en día, hasta amar es un crimen”. Sonrió y respondió “una vez me dijeron que cada uno hace de su culo un colectivo y deja que se suba el que quiera”, entendí la referencia años después.

Cayó preso. Preso y el castigo era aún peor. Su vida se estaba yendo por el tacho, se estaba diluyendo en silencio entre el abandono y la marginalidad. Recuerdo que lo fui a ver un martes, el último martes que lo vi. Me dijo que había encontrado la respuesta a todo, la redención.

Tres días después, leyendo un diario gratuito en la estación de subte de Varela, me

fuga

enteré que se había escapado. Se escapó siete horas después de mi visita y cualquier intento de encontrarlo en la periferia había sido en vano. Conocí varias personas que quisieron encontrarlo, que incluso me consultaban en sus intentos. Todo parecía en vano.

Ayer estaba acordándome de esto en un café de Dorrego y Corrientes. Recordé su último delito, recordé la supuesta redención. Pero al final, así sigue, mi corazón en fuga.

30
May
13

palabra: carta

Javier me había pedido que nos encontremos. Hacía un tiempo que no nos veíamos, pero siempre hubo mucha buena onda entre nosotros: salidas en común, partidos de futbol en lo de Damián o algún cumpleaños de Hernán que nos encontraba brindando solos en un rincón, incapaces de socializar.

La última vez que nos vimos, en el cumpleaños de María, él me contó que estaba en problemas con una mina. Javier conoció a Verónica cuando pensaba que ya estaba condenado a estar sólo, a vivir entre cigarrillos y botellas de gin, recuerdo esa expresión porque la decíamos como ritual en todos los cumpleaños de Manuel.

La cuestión es que Javier sabía que soy un tipo de letras y me pidió que lo ayude a veronicaescribir una carta para ella. Había cosas que quería decirle, pero quería decírselas bien y no tenía palabras para traducirlas. Siempre decía lo mismo: “yo soy un hombre de números, no me vengan con esos garabatos que les dicen letras”.

Ahora que lo pienso, no recuerdo la charla, recuerdo cosas de la carta. Él me decía una idea que quería poner, yo la transformaba haciendo de las palabras una pelota y desarmándola como serpentina de papel. Después la ponía en la carta.

Decía que la extrañaba mucho, yo le decía que las horas sin ella pesan como un silencio. Comentaba que tenía una sonrisa linda, yo le diseñaba un con tu sonrisa destacaste cada momento al lado tuyo. Manifestó que tenía los ojos de un marrón amarillento y yo lo transformé en un ámbar brillante en el centro de una piedra de emociones. Me enumeró dos o tres razones por las que la quería y yo le dije que en silencio siempre quería encontrarla en su cama; que no había forma en que no sintieran sus dedos la necesidad de acariciar su piel; que sus besos le daban cosquillas en los párpados; que no había palabras que le alcanzaran para mostrarle el efecto que tenía su mirada sobre sus ojos.

A Javier no lo vi más. Me dijeron mis amigos que se cortó por fuera del grupo y se fue a vivir a Misiones. Nunca supe que pasó con Verónica, si ella se encontró en esas palabras, si nuestro amor fue como quería.




PalabraBizarra

Si esto es ficción o realidad, ni yo lo sé con certeza.

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Palabra Bizarra

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