(encuentre el juego si sabe jugar)
No sé cómo hacer para mantener a mi mente exactamente igual a lo anterior. Quedarme en ese punto en que podía oír tu voz y ver tu cara. No dejar que se borren esos recuerdos en lo más profundo de mí. Pero este instante es así, busco un consejo para llegar a ese fin de semana y no a estas noches sin sueño, noches de pesadilla y castigo para aquel que ya no tiene ideas.
Volver a ese abrazo que fue nuestra raíz, seguir este juego donde no escucho palabras, sólo ritmos que mandan y llenan a mi mente de principios para volver a comenzar. Volver a retomar el calor del momento donde mi cuerpo buscó a tu cintura, donde mi boca buscó calmar tus manos nerviosas. Sentir que las mismas ondas que había en vos llegaban a mí y decirte, sin palabras sino en una tropa de emociones, que si das amor eso es lo que vas a obtener. Explicarte que si estás acá no necesito nada. Todo es posible hasta salir a caballo a reclamarle el país a Alicia.
Pero por más que pida buenos tiempos, para cambiar esta suerte que puede hacer de un buen tipo, un hombre malo; por más que intente encontrar una puerta más, vos seguís del otro lado del océano, tan lejos mío como las culpas que nos distancian. No importa cuántos por favor usé para llamar a la Suerte. Voy a seguir doliendo la pena de esos cinco minutos que nunca nos tomamos para disfrutar de la piel, de tocarnos y disfrutar las imágenes que se dibujaban en nuestro inconsciente. Esas imágenes que hicieron que hoy no pueda sacarte de mi cabeza.
Y así, con el tiempo que no tiene respuesta, me demando estar acá. No importan las bienvenidas o las formas de partir, sólo confiar. Confiar que el deseo verdadero defina si quedándote o yéndote vas a ser una unidad. No queda otra más que creer que tu cuerpo y tu alma encontrarán ese lugar que sólo nosotros conocemos. No queda más que creer en que ese lugar en tu almohada va a volver a ver tu luz. Quiero creer, quiero ver, quiero entrar. Quiero creer que vas a dejar de escaparte de tu sombra. Mientras tanto, que el ritmo me dé consejos. Y acá, mientras sigo en esta soledad, dejaré que las cosas sin vos no tengan demasiado sentido.